La tecnología de impresión 3D está ganando cada vez más espacio en diversas ramas de la industria. Ya sea desarrollando prototipos, piezas finales o herramientas especializadas e individualizadas, las impresoras 3D reducen los tiempos y costes de producción a gran escala y definitivamente están transformando la lógica de los procesos industriales. La tecnología ha liderado lo que se conoce como la Nueva Revolución Industrial o Industria 4.0.
¿Qué es la impresión 3D y cómo funciona?
La impresión 3D es una forma de crear prototipos de objetos. La primera impresora de este modelo fue creada por un estadounidense llamado Chuck Hull y tenía básicamente dos funciones: fabricar lámparas para solidificar resinas y fabricar plásticos rígidos rápidamente.
El primer paso para crear un objeto con tres dimensiones es usar un ordenador. Puedes dibujar lo que deseas imprimir utilizando un software de modelado o tomar una foto y enviarla al software para mapear la imagen. Con el modelo listo en la pantalla, simplemente convierte el archivo al formato estándar de impresora 3D.
Luego, debes colocar la materia prima en la impresora, que puede ser papel, caucho, plástico, metal y otros materiales. La diferencia es que la impresión 3D se realiza capa por capa y de abajo hacia arriba.
El tiempo de impresión varía entre horas y días, dependiendo del tipo de impresora, material y complejidad del objeto.
Incluso no hace falta tener una impresora 3D, existen empresas que permiten contratar el servicio de impresión 3D online, simplemente les tienes que enviar el fichero con el diseño y ellos se encargarán de la impresión. Lo primero que debes solicitar es un presupuesto impresión 3D indicando las siguientes características: Material, color, relleno, tamaño y acabado. Más sencillo imposible.
5 ventajas de la impresión 3D
Prototipos muy detallados
La fabricación de prototipos a partir de procesos de impresión 3D es una técnica que las industrias llevan utilizando aproximadamente 20 años. Pero fue solo recientemente que estos prototipos se han vuelto tan reales e interactivos que pueden confundirse con las versiones finales. En 2014, por ejemplo, el fabricante de automóviles Local Motors causó furor en el Chicago Industry Show cuando imprimió un prototipo de automóvil exclusivo en 44 horas. Con una sola pieza, el impresor produjo el chasis y la carrocería y, posteriormente integró las otras partes manualmente. Otro caso más reciente es el de la empresa estadounidense de moda y complementos deportivos, Under Armour, que lanzó un prototipo de zapatillas deportivas fabricadas íntegramente con una impresora 3D. La creación de prototipos 3D permite a las industrias fabricar piezas mucho más realistas, lo que aumenta la previsibilidad de los errores y garantiza que los productos lleguen al mercado más rápidamente.
Reducción de tiempo, costos y materiales
La posibilidad de imprimir piezas muy complejas a la vez, con la cantidad exacta de materia prima necesaria para su fabricación es una de las grandes ventajas de la impresión 3D. En la industria aeroespacial, por ejemplo, donde las materias primas son muy caras, significa una considerable reducción de costes, evitando el desperdicio. Además, la alta precisión en el diseño permite el perfecto ajuste de las piezas de repuesto y mantenimiento, ahorrando tiempo con ajustes y correcciones.
Una impresora, muchos materiales
Y hablando de economía y agilidad, no podemos dejar de mencionar esta gran ventaja de tener una impresora 3D en los procesos industriales. En la fabricación tradicional, a menudo es necesario invertir en diferentes maquinarias para operar diferentes materiales, lo que implica altos costes y mayor tiempo de producción. Con las impresoras 3D que utilizan tecnologías FDM, es posible que en un solo proceso utilizar diversas materias primas, haciendo que la fabricación sea mucho más práctica. Además, los materiales se pueden colorear en la propia bandeja de impresión, lo que requiere cada vez menos procedimientos manuales. La tendencia para el futuro es ampliar el espectro de materiales imprimibles en 3D. La industria apuesta a que el 20% de su producción involucrará procesos de impresión 3D para 2025. En el mismo camino están Ford Motors, Airbus y Boing, que ya han incorporado la tecnología en sus innovaciones y han estado invirtiendo cada vez más en esta tecnología.
Piezas personalizadas e individualizadas
Pocas cosas atraen más clientes como el concepto de exclusividad y la impresión 3D de ofrecer la posibilidad de producir piezas a medida. Los sectores industriales que más se benefician de esta capacidad de tecnología 3D son la joyería, la prótesis y la confección. A finales de 2015 Adidas desarrolló una iniciativa denominada Futurecraft, que consiste en producir zapatillas para correr con suela impresa en 3D, a la medida del cliente. A través de tecnologías de diseño 3D el consumidor podrá ingresar a la tienda, correr un poco en una cinta que captura el diseño dinámico y la forma del paso y tener impresa una suela exclusiva para sus pasos.
Facilidad de almacenamiento y movilidad en la producción
Los materiales utilizados para la impresión 3D, en general, son polvos o filamentos y son mucho más fáciles de almacenar y transportar que las piezas enteras. Además, debido al tamaño del equipo y la variedad de materiales que pueden imprimir, muchas impresoras se pueden instalar en ubicaciones más pequeñas que las industrias tradicionales. Esto significa que las fábricas pueden salir de los grandes centros industriales y acercarse geográficamente a los centros de consumo, o incluso a lugares donde se necesitan, por ejemplo, aeropuertos, barcos y otros lugares estratégicos para la producción de piezas de mantenimiento. Esta ventaja impacta en los costos de transporte, almacenamiento y mano de obra, optimizando la logística de la empresa.
Estas son solo algunas de las ventajas de la impresión 3D para la industria. La predicción más optimista es que, en los próximos años, esta tecnología revolucionará definitivamente la lógica industrial, sustituyendo sus grandes fábricas y sus interminables cadenas de producción, por procesos más prácticos, económicos e inteligentes.