El conflicto entre Ucrania y Rusia podría perjudicar a los fabricantes de chips, y aumentar la crisis del sector. No estamos hablando de ningún componente construido en Ucrania, sino de las materias primas que provienen tanto de Ucrania como de Rusia, necesarios para fabricación de semiconductores.
Por ejemplo, el 70% del suministro mundial de neón proviene de Ucrania, elemento fundamental para los láseres de las maquinarias que fabrican los semiconductores. Para complicar aún más las cosas, la producción de gas neón de Ucrania depende de Rusia. De hecho, este elemento es un subproducto de la industria siderúrgica rusa. El gas Neón se procesa en Ucrania para exportarlo a todo el mundo.
Aparentemente, los fabricantes de chips estadounidenses dependen casi por completo del neón exportado desde Ucrania. Pero los problemas no son solo de neón, sino también de argón, kriptón y xenón. El efecto dominó de la guerra podría, por lo tanto, empeorar la crisis de los chips a medida que las materias primas se vuelvan más difíciles de obtener.
Sin embargo, según los analistas, no se espera que el impacto se sienta a corto plazo, ya que los fabricantes de chips se han estado preparando para este problema y han estado acumulando neón durante meses. Pero si la guerra en Ucrania continúa, podrían surgir varios problemas.
Además, la reducción de la oferta de gas neón podría provocar un aumento de su precio. Como resultado, los costes de fabricación de los chips podrían aumentar aún más.
Desafortunadamente, eso no es todo. Rusia suministra alrededor de un tercio del paladio del mundo. Este es un elemento muy importante tanto para la construcción de semiconductores como para convertidores catalíticos. Los suministros de aluminio, níquel y hierro fundido también están en riesgo. El níquel, en particular, es muy importante para las baterías de los coches eléctricos.
En definitiva, está claro que el terrible conflicto tendrá unas repercusiones muy fuertes a nivel tecnológico.