Buzzfeed, un portal de noticias virales, acaba de revelar un escándalo publicitario que se estaba produciendo en Play Store. Los fanáticos anti Android aprovecharán la oportunidad para recordar que Play Store es un servicio muy poco controlado donde las prácticas dudosas son más habituales de que imaginamos.
Lo que ha ocurrido es un claro ejemplo de que Google no es capaz de evitar las estafas en su Store. Pero, ¿qué ha sucedido? Resulta que Play Store ha estado recomendado 8 aplicaciones que robaban a través de la publicidad, las tiendas fraudulentas acumulan más de 2 mil millones de descargas. De estas 8 aplicaciones, siete pertenecen a Cheetah Mobile y una a Kika Tech. Estas 2 empresas chinas presumen de alcanzar 700 millones de usuarios activos. Habrían aprovechado su popularidad para extraer millones de dólares mediante atribución publicitaria.
Los usuarios que hayan instalado cualquiera de las aplicaciones habrán participado en un fraude publicitario. Además, todas estas aplicaciones analizan y rastrean el tráfico y el comportamiento del usuario.
El fraude opera utilizando una técnica llamada "inyección de clic". Normalmente, cuando se ve un anuncio en portal de descargar aplicaciones y se hace clic en ese anuncio, el sitio que ha mostrado la publicidad recibe una comisión o bien por el clic o por la instalación de la aplicación. Dado que el modelo de atribución suele ser el "último clic", el sitio de publicidad recibe dinero por cada descarga si la descarga proviene de ese clic.
Este modelo es en realidad omitido por las aplicaciones en cuestión. Se las arreglan para espiar el comportamiento del usuario y atribuirse la descarga de aplicaciones descargadas a través de otros canales. Resultado: las descargas se pagan a Cheetah y Kika que no tienen nada que ver con el proceso. Miles de portales han perdido sus comisiones de la publicidad mostrada en sus contenidos.
Este fraude no es insignificante, se trata de millones de dólares. Por encima de todo, todavía muestra la opacidad de las prácticas comerciales en Play Store. Las aplicaciones en cuestión eran de hecho aplicaciones recomendadas en la plataforma.